Publicado el 2015-02-15 In schoenstattianos

“Bendice también, Señor, a mis enemigos”

ALEMANIA, mda. «Bendice también, Señor, a mis enemigos”. Repentinamente a la gente que estaba haciendo fila ante el mostrador de la oficina postal le llamó la atención una conversación sobre heridas y reconciliación, rivalidades en el trabajo y en la familia, y en la fuerza que se requiere para que, cuando pensamos en alguien que ha sido injusto con nosotros o nos ha hecho daño, no hablemos mal de esa persona o algo peor. “Deme diez más”, dijo la joven mujer que había iniciado la conversación, “Nunca había visto una estampilla así”. Detrás de ella alguien comentó: “Creo que pondré una en mi escritorio”. “Bendice también, Señor, a mis enemigos”. Esta semana salió a la circulación la estampilla especial conmemorativa de los 100 años del natalicio del P. Karl Leisner. La gente se conmueve con la sencillez y la fuerza de la última entrada, el 25 de julio de 1945, del diario de este joven originario del Bajo Rin que murió de tuberculosis poco después de ser liberado del campo de concentración de Dachau: “Bendice también, Señor, a mis enemigos”. El centenario de su natalicio se celebrará el 28 de febrero de 2015.

Los artistas gráficos, profesores Daniela Hauf y Detlef Fiedler, de Berlín, diseñaron la estampilla especial que cuesta 62 centavos. Ha estado a la venta desde el 5 de febrero de 2015 y será presentada oficialmente el 9 de febrero a mediodía en el salón del Seminario Mayor de Munster. Se les obsequiará un álbum con las primeras estampillas selladas al Obispo Felix Genn, a Monika Kaiser-Hass, Vicepresidenta del Círculo Internacional Karl Leisner Circle (IKLK), y al P. Benedikt Elshoff, Presidente del IKLK, quien tuvo la iniciativa de solicitar una estampilla especial.

El centenario del natalicio de Karl Leisner, quien fuera beatificado el 23 de junio de 1996 en el Estadio Olímpico de Berlín por el Papa Juan Pablo II, no es importante sólo para la gente en la oficina postal de Lohmar. El Stiftmuseum en la ciudad de Xanten tendrá una exhibición sobre Karl Leisner que durará hasta finales de junio. Una exhibición móvil con alrededor de 13 Roll-ups visitará varias ciudades y alemanas.

En primavera se llevará a cabo una conferencia sobre Karl Leisner en la Franz Hitze Haus en Munster. Ha sido organizada por el IKLK, al igual que las estampillas, la exhibición en Xanten y la estatua conmemorativa en Kleve, que se erigió a finales del año pasado para conmemorar el septuagésimo aniversario de la ordenación de Karl Leisner en el campo de concentración de Dachau.

Un schoenstattiano del segundo siglo de Schoenstatt…

Un periódico de Wurzburg escribió acerca del “jesuita Karl Leisner” en relación con la estampilla especial y el centenario del natalicio de Karl Leisner. En realidad sólo su amigo y biógrafo, el P. Otto Pies, SJ, es jesuita. Karl Leisner fue un schoenstattiano de punta a punta, pero no de manera exclusiva, y no se le conocía en el campo de concentración como un “representante de Schoenstatt”. Nadie lo era. Él era simplemente un schoenstattiano, cuya identidad estaba basada en la Alianza de Amor y que ejercía un apostolado muy variado en el lugar y forma en que su llamado personal lo llevaba. Aprovechó sus muchos dones, cuando las puertas y las personas se abrían a él, para conquistar personas para Dios. A Schoenstatt le tomó algo de tiempo descubrir a su primer beato, un mártir, cuya primera preocupación no era hacer crecer a Schoenstatt, sino salir del santuario a la periferia de la sociedad, a la extrema periferia – el campo de concentración de Dachau. Él ya estaba agonizando cuando fue ordenado sacerdote ahí mismo, y sólo celebró Misa un vez.

El lugar teológico de los Movimientos es en la calle, dijo el Cardenal Jorge Mario Bergoglio en 1999, durante un encuentro de Movimientos Eclesiales en Buenos Aires. “Pero qué daño nos hacen aquellos que viven para “mirarse el ombligo” (mirarse a sí mismos) y no salen a misionar. No salen a dar la herencia que han recibido gratuitamente por pura gracia de Jesucristo, por puro amor del Padre en comunión con el Espíritu Santo. ¡Cuidado! Cuidado con las élites. Las élites se cierran en la burbuja, pierden el horizonte misionero, pierden el empuje, pierden el coraje. Las instituciones y movimientos tienen que dar la herencia. Ustedes me preguntarán: “Padre ¿dónde?” En la calle, en la calle. Allá donde se está jugando la vida de nuestra ciudad. Allá donde se juega la salvación eterna de hombres y mujeres. Allá donde se juegan los valores. Allá donde muchos chicos, ya desde muy pequeños, pueden empezar a tomar un camino que los va a hacer muy infelices el resto de sus vidas. La calle es el lugar teológico de los movimientos y de las instituciones. Ahí es donde tienen que sacrificarse, regalando el regalo recibido, transmitiendo la herencia que gratuitamente han recibido. Como Obispo les pido: Por favor, no se guarden la herencia en la vitrina para mostrársela a las visitas. Llévenla a la calle, busquen horizontes misioneros, “juéguensela” todas los días, que esta herencia, que tan gratuitamente hemos recibido, sea fermento de esta ciudad.” (29.5.1999).

Ese es un mensaje y una petición que le queda como anillo al dedo a Karl Leisner, con todos los riesgos que enfrentó, fortalecido con su consagración a la Virgen Tres Veces Admirable de Schoenstatt, su amada Mater.

“Una Iglesia que no sale es una Iglesia ‘de exquisitos’. Un movimiento eclesial que no sale en misión, es un movimiento ‘de exquisitos’. Y a lo más, en vez de ir a buscar ovejas para traer, o ayudar o dar testimonio, se dedican al grupito, a peinar ovejas. ¿No? Son peluqueros espirituales. ¿No? Eso no va.” dice Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, 15 años después, para la Audiencia por el Jubileo del Movimiento de Schoenstatt: “O sea salir, salir de nosotros mismos. Una Iglesia o un movimiento, una comunidad cerrada se enferma. Tiene todas las enfermedades de la cerrazón. Un movimiento, una Iglesia, una comunidad que sale se equivoca, se equivoca. Pero es tan lindo pedir perdón cuando uno se equivoca. Así que no tengan miedo”.

Karl Leisner fue uno de los muchos schoenstattianos que salió, que vivió una “Alianza de Amor interior”. En el lenguaje del Papa, él quedó herido de muerte al salir, pero en esa extrema periferia se encontró con Jesús, en el más profundo sentido de estas palabras: “Bendice también, Señor, a mis enemigos”.

Schoenstatt celebra el centenario del natalicio de Karl Leisner

De acuerdo con la información del P. Stefan Keller, del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, se llevarán a cabo varios eventos en Schoenstatt en torno al centenario del natalicio de Karl Leisner. El miércoles 5 de marzo a las 7:30 p.m. se oficiará una Misa solemne con el Arzobispo Emérito Robert Zollitsch en la iglesia de la Adoración para conmemorar el centenario del natalicio de Karl Leisner.

El Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt organizará la llamada Semana de Moriá del 2 al 8 de agosto de este año con el tema de Karl Leisner. El P. Hans-Karl Seeger (editor de los diarios) y el P. J. Schmiedl han sido invitados a hablar.

Durante la Adoración en Marienau, en el carnaval, se usarán textos de Karl Leisner. El P. Ernst Gerkens, de Kleve, custodio del lugar de nacimiento de Karl Leisner, en Flandrischen Strasse 11, en Kleve, y Theo Hoffacker (de Xanten-Marienbaum) han aceptado la responsabilidad por el contenido que se impartirá en esos días.

Hace mucho tiempo que no escribo cartas

En estos tiempos de correos electrónicos, Skype, Whatsapp, Twitter y Facebook, escribir cartas ha pasado de moda.

Necesitaba 20 estampillas de Karl Leisner para la foto, así que las compré. ¿Y ahora? Simplemente no puedo dejar esas estampillas en una vitrina de cristal o en un cajón como un recuerdo. No puedo hacer eso de acuerdo a las palabras de Jorge Mario Bergoglio, ni de acuerdo al testimonio de Karl Leisner. Bendice también, Señor, a mis enemigos. Las estampillas tienen que enviarse, y ya estoy pensando en un par…

Original: alemán. Traducción: Manuel Huapaya, LIma, Perú/ Eduardo Shelley, Monterrey, México

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“Bendice también, Señor, a mis enemigos”

ALEMANIA, mda.

«Bendice también, Señor, a mis enemigos”. Repentinamente a la gente que estaba haciendo fila ante el mostrador de la oficina postal le llamó la atención una conversación sobre heridas y reconciliación, rivalidades en el trabajo y en la familia, y en la fuerza que se requiere para que, cuando pensamos en alguien que ha sido injusto con nosotros o nos ha hecho daño, no hablemos mal de esa persona o algo peor. “Deme diez más”, dijo la joven mujer que había iniciado la conversación, “Nunca había visto una estampilla así”. Detrás de ella alguien comentó: “Creo que pondré una en mi escritorio”. “Bendice también, Señor, a mis enemigos”. Esta semana salió a la circulación la estampilla especial conmemorativa de los 100 años del natalicio del P. Karl Leisner. La gente se conmueve con la sencillez y la fuerza de la última entrada, el 25 de julio de 1945, del diario de este joven originario del Bajo Rin que murió de tuberculosis poco después de ser liberado del campo de concentración de Dachau: “Bendice también, Señor, a mis enemigos”. El centenario de su natalicio se celebrará el 28 de febrero de 2015.

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