Por Lilita y Carlos Ricciardi, La Plata, Argentina
«Seguramente muchos de los que están hoy acá te conocen como el negro Lombardi, alguien que alguna vez les dio una mano o que lo vieron trabajar en algún movimiento de Iglesia, un vecino más. A lo sumo alguno dirá que soles estar dispuesto a colaborar. “Siempre Listo” diría yo, fiel a tu promesa que le hiciste hace muchos años al Gran Jefe. En todos los casos, esos son solo algunos fotogramas de una película que los que compartimos el mismo techo con vos supimos ver completa. La película de un hombre que con aciertos y errores siempre estuvo al servicio del otro. Un hombre que si no estaba haciendo algo por la familia, estaba haciendo algo por la parroquia, algún conocido, el trabajo, algún movimiento y tantos otros ambientes a los que supo pertenecer. Esta vocación te llevo incluso, a en determinadas situaciones, desbalancear tu vida, tus relaciones y hasta tu propia salud. Sin embargo no me caben dudas de que aun en el error perseguías las palabras del Padre Kentenich: El espíritu de la familia no pregunta ¿Qué recibo yo? Solo vive del pensamiento ¿Qué puedo y debo regalar?»
Un parafo de una carta, que Santiago Lombardi escribió a su padre, Juan Carlos Lombardi, el 24 de marzo pasado, cuando fue ordenado Diácono.
Una fiesta para la iglesia
Junto a Graciela pertenecen al Curso 2 – Familia Santuario de la Federación de Familias de la Argentina. La ordenación estuvo a cargo del Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer. La misma se celebró en la Parroquia Ntra. Sra. de la Anunciación. Un numerosa concurrencia asistió a la ceremonia. Estaban presentes numerosos miembros de la comunidad parroquial, familiares, amigos, sus hermanos de curso y de región.
Luego de la ceremonia, una verdadera fiesta para la Iglesia, fue agasajado el nuevo diácono en el salón parroquial, junto a Graciela, su madre, sus hijos y nietos. Hubo cantos, mucha alegría y muestras de cariño y afecto a la Familia Lombardi, de reconocida trayectoria en la parroquia y en la zona. Santiago, hijo de Graciela y Juan Carlos, leyó una «carta a papa diácono». Una carta que emocionaba a todos.
Deseamos a Juan Carlos y Graciela una fecunda tarea en el diaconado, cuyo lema dice: “Hágase en mi Tu palabra” Lc. 1.38
