Año de la corriente del Santuario – 2011/2012

El Santuario Original es el centro de una red mundial de Santuarios: doscientos Santuarios filiales con su propia red de capillas y ermitas que se extiende a los Santuarios del hogar, a los Santuarios en lugares de trabajo, en lugares de compromiso apostólico y en lugares de varias circunstancias de la vida, hasta a los Santuarios del corazón.

Cuando los caminos de peregrinación conectan a los Santuarios de todo el mundo y las personas se comunican entre sí, de Santuario del corazón a Santuario del corazón mediante la alianza de amor, y adónde la Virgen Peregrina – exponente de la corriente misionera – llega desde el Santuario, nace una red que abarca al mundo entero, en la que la distancia tiene una incidencia cada vez menor, y todos pueden entrar en contacto con los demás inmediatamente. Se crea entonces una cultura de vínculos personales que nacen del corazón.

El objetivo del Año de la Corriente del Santuario es afianzar esta red de Santuarios centrados en el Santuario Original, del que fluyen y al que regresan todas las gracias. Todo se ha originado en Schoenstatt y nuestro peregrinar finalmente nos lleva de vuelta ahí. El nuevo entusiasmo que nos embarga por la importancia del Santuario Original en nuestros tiempos, como un lugar de gracias y la presencia de lo santo entre nosotros, como un lugar donde Dios y las naciones se encuentran, y como un lugar de fervor misionero, le da al Año de la Corriente del Santuario un significado más profundo.

P. José María García

Un lugar de encuentro con Dios y de la evangelización

Lo que significa el Año de la corriente del Santuario, se resume en el prólogo del libro con textos del Padre Kentenich sobre el Santuario.

“Era el 22 de agosto del 2010. Un trozo de papel arrugado y polvoriento, con grandes letras de color rojo brillante puso a toda una nación, a todo el mundo, en éxtasis, fue filmado por miles de cámaras y fue el tema de los titulares de todo el mundo. Un papel arrugado, polvoriento, pequeño y nada de elegante, proveniente de los 33 mineros chilenos atrapados a 700 metros de profundidad, informando a sus familias y al mundo: «estamos bien en el refugio los 33». Esto es lo que escribieron en el prefacio el P. José María García y la Hermana M. Luciane Machens. Y más adelante:

Cuando como Familia de Schoenstatt celebramos cien años de la Alianza de Amor el 18 de octubre de 2014, esperamos entonces que haya un gran interés en los medios de comunicación a nivel mundial. Pero no será el número de cámaras dirigidas a nosotros el que decida – así lo escribió el P. Eduardo Auza el año pasado antes de la inauguración del trienio al 2014 – sino que los ojos del mundo se fijarán en lo que está escrito en nuestro corazón y en nuestra frente: «estamos bien en el refugio, en el Santuario, todos juntos. Este es el fuerte impulso de renovación que nuestra Familia quiere vivir y entregar a la Iglesia y al mundo». Es el impulso que nuestra Familia de Schoenstatt en todo el mundo quiere darle partiendo del año de la corriente del Padre al año de la corriente del Santuario, en el año en el que nuestro Padre, fundador y profeta mira los fundamentos de nuestra Alianza de Amor como misión y la quiere hacer aún más profunda. El Santuario, pequeño, modesto y a primera vista poco majestuoso, que nació ya en el corazón del Padre Kentenich cuanto tenía apenas ocho años de edad en el día de su consagración, y que toma forma el 18 de octubre de 1914, es nuestro «papel» al que las cámaras del mundo se dirigirán cuando celebremos todos juntos los cien años de la Alianza de Amor.

Un único Santuario que abarca a todo el mundo, un único Santuario que sana y santifica a un mundo globalizado, secularizado, despersonalizado: pues se ha extendido una red de Santuarios que cubre el mundo… de repente en la carretera, en el centro de la ciudad, en el trabajo, en las cárceles, hospitales, orfanatos, asilos, calles, iglesias, zonas de guerra y en medio de la más profunda miseria de este mundo, se puede correr hacia las puertas abiertas de un Santuario – un Santuario de piedra, una ermita en el camino, un Santuario del hogar, un Santuario del corazón – un Santuario global, conectado, sin fronteras y muy personal.

Un Santuario que, en cualquiera de sus formas, es un lugar de encuentro con Dios, un centro de evangelización, un Santuario que vive – desde el Santuario Original hasta el Santuario del corazón – de las contribuciones de cada uno y de todos, un Santuario donde la vida se convierte en Evangelio y el Evangelio en vida. Y como si esta red global no fuera suficiente, la Virgen Peregrina lo lleva a la gente, al mundo (y eso ya es parte de la corriente misionera).

En el Santuario estamos congregados, allí nuestros corazones arden en amor por la Madre tres Veces Admirable, que por nosotros quiere construir su Reino, rezó el Padre Kentenich, no 700 m. bajo tierra sino en el campo de concentración de Dachau. Nos hace muy bien estar todos juntos en el Santuario: todas las edades, todas las naciones, todas las comunidades, todos los proyectos, todas las formas que viven una única Alianza de amor: así comenzó Schoenstatt, presencia y fuerza plasmadora que se desarrollaron en el inicio, el 18 de octubre, como Santuario vivo; en (cada) Dachau y en el camino al jubileo de la Alianza de Amor, nuestra misión. Pues el mundo, los hombres, que esperan lo que el Padre Kentenich ha dado, deben encontrar y experimentar en Schoenstatt – en cada uno y en el Schoenstatt internacional – el Santuario vivo. Y deben poder decir: Estamos bien en el Santuario, todos juntos…

Al final del año de la corriente del Santuario, Schoenstatt y el mundo, el mundo concreto que cada uno forma, debe estar más transformado en un Santuario…

P. José María García

09.10.2011