El Voluntariado de María del Movimiento de Schoenstatt de Argentina: Servir a los enfermos

LogoLa misión del Voluntariado de María del Movimiento de Schoenstatt de Argentina es asistir a los enfermos en sus necesidades físicas y espirituales, brindándoles consuelo y afecto en sus angustias y soledades, llevándoles paz, alegría y esperanza para que puedan vivir todos los momentos con la dignidad de hijos de Dios.

En la actualidad, más de 300 voluntarias y voluntarios brindan su asistencia en unos 25 hospitales de Argentina, habiendo visitado ya más de 1.800.000 enfermos.

Con aportes de personas e instituciones, el Voluntariado de María ha construido y equipado la Sala «Ave María» de Terapia Intensiva para enfermos con SIDA en el Hospital Muñiz (Buenos Aires), así como la sala de espera para los familiares. Esta es la primera sala en su género en Sudamérica. También se construyó el Oratorio y la Capilla en dicho hospital, donde tantos enfermos y sus familiares, como también el personal del hospital, encuentran un lugar de paz y cobijamiento espiritual.

Voluntarias de María en Coronel SuárezEl Voluntariado de María ha hecho donaciones de equipos a hospitales y maternidades de Buenos Aires

En 1999 colaboró con la Fundación Fuente Viva en la edificación del Hogar de María para madres y niños con SIDA.

A través de donaciones de distintas instituciones y parroquias, se han entregado medicamentos, pañales, alimentos, prendas de vestir, sábanas, toallas, artículos para la higiene personal de los enfermos.

Un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene.

La fundadora, Raquel Saénz ValienteEl voluntariado de María fue fundado por Raquel Sáenz Valiente (falleció el 12 de septiembre de 2005). Hija de un médico, Raquel conocía las necesidades espirituales de los enfermos en los hospitales. Animada por el Padre Esteban Uriburu, el 8 de septiembre de 1982 fundó el Voluntariado de María del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, instrumento de la Divina Providencia.

Raquel entró por primera vez a un Santuario de Schoenstatt en Florencio Varela en 1981 y la mirada de la Mater cambió su vida para siempre. «Salí del Santuario y sabía que ya nada sería igual. Quería llevar esa mirada al mundo», contaba Raquel al recordar ese encuentro. Teniendo siempre como modelo a María, descubrió en Schoenstatt y en la Alianza de Amor el camino para alcanzar la santidad a la que siempre aspiró.

A Raquel Sáenz Valiente le preocupaba no sólo la atención del enfermo sino también la formación espiritual de las voluntarias y voluntarios de María. En los encuentros personales como ante grandes audiencias, irradiaba su certeza de que la misión del Voluntariado es un llamado de Dios al servicio, para ser transparentes del amor que Él nos tiene. Y así, como pequeñas Marías, establecer vínculos fraternos en el Voluntariado, en el ambiente hospitalario y en la familia de Schoenstatt. Cuando en 2005 le preguntaban cuál era su próximo proyecto, Raquel, con sencillez y convicción, decía: «Quiero ir a fundar el Voluntariado al Burundi».

 

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